Sobre la cama que cobijaba tantos delitos,
mientras roncaba oliendo a vino,
probé la sangre de aquel canalla
que ustedes llaman maltratador.
Y te aseguro que nunca probé
una sangre tan amarga
una sangre tan fria , una sangre tan mala,
que fue envenenándome hasta el corazón.
Y sentí por unos instantes,
lo que sienten esos cobardes
que creí que tenía derecho hasta pa pegarle,
para pegarle.
Y sentí por unos instantes,
como me quemaba la sangre
convirtiéndome en un cabrón.
Y la mano que acarició
a la hembra que tanto amó
se cerró con violencia.
Senti que perdi la verguenza,
senti celos, rabia y rencor,
y gracias a Dios que el efecto
duró poco tiempo,
lo justo pa que supiera
que el hombre sólo es el bicho,
el único bicho,
que le pega a su compañera.
mientras roncaba oliendo a vino,
probé la sangre de aquel canalla
que ustedes llaman maltratador.
Y te aseguro que nunca probé
una sangre tan amarga
una sangre tan fria , una sangre tan mala,
que fue envenenándome hasta el corazón.
Y sentí por unos instantes,
lo que sienten esos cobardes
que creí que tenía derecho hasta pa pegarle,
para pegarle.
Y sentí por unos instantes,
como me quemaba la sangre
convirtiéndome en un cabrón.
Y la mano que acarició
a la hembra que tanto amó
se cerró con violencia.
Senti que perdi la verguenza,
senti celos, rabia y rencor,
y gracias a Dios que el efecto
duró poco tiempo,
lo justo pa que supiera
que el hombre sólo es el bicho,
el único bicho,
que le pega a su compañera.
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